Se han escrito ríos de tinta sobre cómo los resultados de Google han ido empeorando con el tiempo. Hay tantos, pero tantos artículos, que no me voy a molestar en enlazar nada, ¡búsquenlos ustedes mismos! ¡Pueden usar Google para ello!
El caso es que había escrito algo sobre una cosa que me ha pasado recientemente en mi cuenta de Mastodon, pero como allí mis mensajes se borran automáticamente al cabo de un mes y quería dejar constancia a largo plazo, pues aquí va un breve artículo.
Estamos iniciando un nuevo proyecto en mi empresa y andamos investigando cómo hacerlo. Para cualquiera que sea, como yo, un fiel seguidor de la Iglesia del Mínimo Esfuerzo, esta investigación empieza por ver qué hay ya hecho y cuánto de eso se puede adaptar a nuestro caso concreto.
Por motivos que no puedo explicar aquí, acuerdo de confidencialidad mediante, lo que tenemos que hacer entra de lleno en esa categoría de sistemas que, o bien se ofrecen directamente como un servicio a terceros mediante una API, para que no se le vean las tripas, o bien son desarrollos internos y no hay ningún interés en publicar nada sobre ellos.
Un puñado de búsquedas en Google lo único que me ha devuelto han sido anuncios venidos a más: panfletillos comerciales de empresas de esas que menciono en el párrafo anterior que ofrecen sus servicios por un módico precio, pero nada que me deje intuir, si acaso remotamente, por dónde van los tiros.
Por pura desesperación, se me ha ocurrido buscar en Bing (sí, este Bing) y hete aquí que están saliendo resultados que Google ni huele (o que están escondidos más allá de la página 30) y que sí son útiles.
Resulta que Let me Bing that for you existe. Vivimos en una época loquísima.