Es relativamente común el haber terminado la carrera y soñar que de repente a uno le queda una asignatura para completar unos créditos de los que no se acordaba1 o había un error en el proyecto fin de carrera y había que volver a hacerlo. Y escribirlo. Y defenderlo.

Yo he tenido últimamente dos pesadillas relacionadas con el trabajo que me dejaron bastante trastocado un poco más allá de la hora del desayuno.

La primera es que volvía a la academia. Estaba en un laboratorio de investigación estándar (podía ser el tuyo, o el tuyo, o el mío de hace unos años) repasando unos artículos que ni me iban ni me venían. Me desperté con sudores fríos pensando en cuándo sería la última vez que actualicé el currículum2.

En la segunda, mi jefe se iba de la empresa y me promocionaban. Y yo soy de la escuela de Lester Burnham.


  1. de forma bastante menos trágica, en el Mundo Real a mí me pasó que había terminado todo pero me faltaban 2 créditos de libre elección que no tenía ni puta idea de dónde sacar. De chiripa, la Policía Municipal de Madrid sacó un curso de educación vial de, oh, sí, 2 créditos. Mi última clase de Ingeniería de Telecomunicación consistió en saltarme un stop en un circuito de mini-karts. 

  2. hace casi cuatro años. 

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