Firefox Focus (FF) es una navegador desarrollado por Mozilla para iOs y Android en el que la privacidad va por delante de otras consideraciones. Las características más importantes es que a) bloquea automáticamente sistemas de seguimiento (trackers) y b) las cookies y el historial de navegación se fumigan con pulsar un botón. El bloqueo de trackers tiene como bonito efecto secundario que también elimina muchos anuncios. Es como navegar siempre en modo privado, lo que tiene su utilidad en esta época que nos ha tocado vivir. Lo he estado usando durante un tiempo, pero al final dejé de hacerlo porque era ligeramente incómodo de usar. Al final opté por una solución diferente que tiene básicamente las mismas ventajas y ninguno de los inconvenientes.

Es 2019 y la web es el coño de la Bernarda

Tenemos la GDPR, algunas leyes locales sobre privacidad, las cookies, etc. En el cuadrante europeo del mundo, navegar por la web es una carrera de obstáculos, banners, pop-ups, avisos de cookies, avisos de trackers, avisos de que vamos a ordeñar tus datos hasta que no den más de sí, etc. En el escritorio lidio con esto de dos formas:

  1. Si tengo que hacer login en esa página, o no me importa que me pongan una cookie, la dejo pasar (en realidad lo que hago es no borrarla al cerrar la pestaña; más sobre esto más abajo).

  2. Uso uBlock Origin, un bloqueador de anuncios (pero no sólo de anuncios, sino de cualquier tipo de elemento molesto), para que reconozca esos banners y los bloquee.

Con FF, sin embargo, cada vez que uno accede a una página es como si fuese la primera vez (no hay cookies de larga duración) y no se pueden hacer excepciones, así que el coñazo nunca termina1.

Realmente no bloquea anuncios

Como dije antes, el hecho de que algunos anuncios queden bloqueados no es más que un deseable efecto secundario de la protección contra trackers. Desgraciadamente, no siempre funciona; he llegado a ver hasta pop-ups sin bloquear de vez en cuando. FF no deja instalar extensiones, así que tampoco se puede delegar esta tarea a uBlock Origin o similares. Hay una iniciativa para incluir bloqueo de anuncios en futuras versiones, pero todavía queda para eso.

Bloquear anuncios en el móvil tiene además la ventaja de que nos ahorramos el ancho de banda de todo eso que bloqueamos. No están las tarifas2 como para meter el móvil en Internet sin protección.

Asuntillos de usabilidad

Además de esto, hay otros pequeños detalles:

  • No se pueden abrir pestañas manualmente, o al menos yo no he encontrado la forma de hacerlo. Si seguimos las instrucciones al pie de la letra, podemos abrir un enlace en una pestaña nueva, y luego sobreescribir esa dirección con la que queramos, pero el orden natural (abrir una pestaña vacía y luego poner la dirección) no funciona.

  • Todo el historial de borra de golpe. No hay forma de cerrar solamente una pestaña específica; todo o nada.

  • Algunas páginas se pasan con su detección anti-modo privado. Por ejemplo, con FF no se puede abrir ninguna página de Los Angeles Times más allá de la portada.

  • No hay marcadores. Se pueden configurar ciertas direcciones para que FF autocomplete al escribir la URL, pero ya.

  • Si se usan páginas que requieren login (yo por ejemplo prefiero usar una web a instalar una aplicación), hay que entrar cada vez.

Una solución mejor: usar Firefox móvil con extensiones

Tras probarlo durante un tiempo, creo que FF tiene un caso de uso muy particular: vale para abrir enlaces que nos llegan vía e-mail o mensaje de texto, leerlos prácticamente en el momento y luego olvidarnos del asunto. Como yo no uso así el navegador, sino que suelo tener pestañas a las que vuelvo de cuando en cuando y que nunca cierro, o artículos que voy poniendo en la cola de lectura, me puse a buscar otras opciones.

Al final la solución óptima es simplemente instalar Firefox para móvil, que permite añadir extensiones exactamente igual que la versión de escritorio, y hacer buen uso tanto uBlock Origin como Cookie AutoDelete. De la primera extensión ya he hablado más arriba. La segunda lo que hace es borrar todas las cookies de una página en cuanto se cierra la pestaña que la contenía, salvo que hayamos añadido una excepción, en cuyo caso se pueden conservar indefinidamente o hasta que cerremos el navegador.

De esta forma se tiene lo mejor de ambos mundos: se bloquea todo aquello que es incómodo (anuncios, especialmente) y permitimos que las páginas que necesitan credenciales se acuerden de nosotros entre visitas.


  1. con lo que, de forma efectiva, las leyes diseñadas para proteger nuestra privacidad hacen que navegar con un software que en principio se preocupa de eso sea muy incómodo. 

  2. especialmente en Canadá, donde las tarifas móviles son mucho más caras que en el resto de la civilización. 

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