Consideremos la siguiente frase:
Quemar edificios de cierto tipo me parece una barbaridad si no hay nadie dentro.
Podemos reescribirla:
Si no hay nadie dentro de edificios de cierto tipo, me parece una barbaridad quemarlos.
Que tiene una pinta tal que:
Si A, entonces B
Una estructura lógica de las de toda la vida. Entra en escena la negación del antecedente que, cito:
En lógica, la negación del antecedente es una falacia formal que se comete al razonar según la siguiente forma argumental:
- Si A, entonces B
- No A
- Por lo tanto, no B
En nuestro caso, la falacia se cometería mediante la siguiente cadena:
- Si no hay nadie dentro de edificios de cierto tipo, me parece una barbaridad quemarlos.
- Hay alguien dentro de edificios de cierto tipo.
- Por lo tanto, me parece estupendo quemarlos.
Aunque la proposición original puede dar lugar a interpretaciones erróneas (pero uno es responsable de lo que dice, no de lo que los demás piensan que dice), para eso es necesario andar falto de lógica: puede que sea porque no interesa saberla o porque interesa no saberla. Y luego habrá más motivos, pero esos ya se nos escapan.
Si el año actual es 1960, esto no tiene nada que ver con la actualidad.