I
Una vez le comenté a un colega que estaba suscrito a la newsletter1 de Dominic Cummings para ver qué se cocía por las antípodas ideológicas2 y me dijo: es que te va la marcha. Supongo que por eso me paso también de cuando en cuando por el canal de Telegram de Alvise.
Escribo esto porque la maestría hay que reconocerla en todas sus facetas. Y Alvise es un maestro en esparcir mierda. El otro día publicaba:
El review revisado por pares en The Lancet demuestra que el 74% de las muertes fueron causadas directamente por las vacunas contra el COVID-19: El 74% de las muertes registradas dos semanas tras las inoculaciones contra el Covid-19 fueron causadas por las vacunas, tal y como demuestra el estudio ya oficial, e inicialmente censurado.
Por dónde empezar:
- El artículo no se publica en The Lancet (factor de impacto: 98.4), sino en Forensic Science International (factor de impacto: 2.2).
- El estudio es "oficial", no simplemente una publicación científica más. Y además fue "inicialmente censurado", no se dice por quién. ¡Conocimiento prohibido!
- Si miramos al último autor del artículo (que en la convención normal en estas artes suele ser la persona que ha supervisado todo el asunto) vemos que una de las afiliaciones es Truth for Health Foundation. Una búsqueda rápida en Google muestra que no es una institución de fiar.
- Este mismo autor, Peter McCullough, es un viejo conocido de varios proyectos de verificación periodística. ¡Y además te vende unos suplementos de puta madre!
Todo esto no son más que metadatos del artículo: no estoy entrando en el contenido, pero advierto que tiene toda la pinta de tener la misma validez que un libro de ética periodística escrito por Alfredo Urdaci.
Gracias al bot de WhatsApp de Maldita.es veo que se lo han mirado más a fondo. El artículo se subió inicialmente al sistema de preprints de The Lancet, que no es The Lancet, sino un apartado que sirve para que grupos de investigación suban sus borradores y se discuta sobre ellos, pero eso no implica que estén publicados ni revisados por pares. Es justamente lo que dice el mensaje que avisó de su posterior borrado:
This preprint has been removed by Preprints with The Lancet because the study's conclusions are not supported by the study methodology. Preprints with The Lancet reserves the right to remove a paper that has been posted if we determine that it has violated our screening criteria. Preprints available here are not Lancet publications or necessarily under review with a Lancet journal. These preprints are early stage research papers that have not been peer-reviewed.
Esto no tiene nada de censura. Es algo completamente normal dentro del proceso de publicación científica. Hay páginas especializadas en ver qué se retracta; y en este caso ni siquiera estaríamos hablando de una retractación porque, repito, es un preprint.
Si uno tiene una moto que vender, pinta mucho más hacerlo en una revista buena que en una revista regular, que es mucho mejor que en una revista mala. Aunque Maldita dice simplemente que los autores han pagado por publicar3, es posible que la revista simplemente sea mala a rabiar y con que el artículo tenga las secciones que debe (introducción, material y métodos, resultados y discusión), algún revisor haya dicho que sí, que está bien4.
Autocita: recuerden que un artículo no demuestra nada.
En resumen: el mensaje de Alvise toca todos los palos (conspiraciones, conocimiento prohibido, censura) y si tenemos que explicarle a alguien por qué ese artículo no vale para nada hay que pararse a mirar el contexto, cómo funciona el sistema de publicaciones, qué es censura y qué una mera retractación, que es una revista científica buena y una revista científica mala o cuestionable, qué es el factor de impacto y por qué ofrece alguna pista, y todo eso sin entrar en la estadística del propio artículo ni en cómo avanza el proceso de descubrimiento científico y cómo sabemos lo que sabemos.
La ley de Brandolini dice:
The amount of energy needed to refute bullshit is an order of magnitude bigger than that needed to produce it.
Se quedó corto.
Coda I
El otro día estuve discutiendo en persona (que es algo que solía hacerse antes de 2012, más o menos) con alguien que me afirmaba que JJ Benítez había fallecido. Yo le insistía en que no, pero es que resulta que si uno le pregunta a Google...
Google, claro, está sintetizando esta noticia. Esa coma criminal da una pista, y terminar de leer la frase también, pero alguien que haga esa búsqueda se va a encontrar con el resumen erróneo de cara. Y si lo dice Google, ¿quiénes somos nosotros para dudarlo?
Coda II
Justamente hoy he empezado a leerme A lot of people are saying, un libro en el que se explica que hemos pasado de la teoría de la conspiración clásica a la conspiración libre de teorías: todo es una amalgama, están pasando cosas, nos lo ocultan, se comenta que, etc. Cualquier cosa vale para apuntalar esa masa amorfa.
Conclusión
Ya lo he dicho antes, pero lo vuelvo a repetir: estamos bastante jodidos.
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la versión gratuita, tampoco vamos a ser completamente idiotas. ↩
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y dimensionales. ↩
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la revista en la que finalmente se publicó el trabajo es open access y los autores pagan más de 4000 dólares si el artículo es aceptado. Esto en principio no tiene por qué ser un problema, aunque puede incentivar a algunas revistas (que no están ahí por amor al arte) a aceptar trabajos dudosos. ↩
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que es algo que yo vi cuando era un investigador imberbe y me puso los pelos como escarpias, pero luego uno ya ve cómo se hace la salchicha y se insensibiliza. ↩