Apuntalados en su certeza por unas encuestas que daban por hecho un gobierno de fascistas, gilipollas e hijos de puta1, millones de españoles votaron este domingo al Frente Judaico Popular pero anhelando que se presentase el Frente Popular de Judea, y viceversa. Abrazar muy fuerte el mal menor con desgana como opción vital.
Es una confirmación más de que nos gusta dejar las cosas importantes hasta que sean urgentes, y que en el momento en el que se empiezan a prohibir obras de teatro2 hay que mover el culo.
Lo cual me lleva a pensar seriamente que si nos llaman para hacernos una encuesta electoral, la única opción ética es decir que tenemos pensado votar a Vox.
Como bonus, al día siguiente tenemos a miles de tertulianos diciendo "¿Ca pasao, ca pasao?", pero no se preocupen por ellos, que no están ahí por acertar.
Fotografía de Alberto Ortega / Europa Press. Explica bastante bien estos últimos años.