A mi alrededor (mensajes en redes sociales, que ahora mismo es lo que me permite conocer el estado de ánimo de mis antiguos vecinos) veo a mucha gente que muestra un entusiasmo genuino por la candidatura de Manuela Carmena a las elecciones municipales. Es casi lo mismo que decir que hay mucho entusiasmo por Ahora Madrid, pero hay que recordar que las elecciones son legislativas: no están eligiendo ustedes a un alcalde, por mucho que les intenten convencer. O: todo el que votó por el PP en 2011 votó por Ana Botella igual que por Gallardón. Por recordar.

Yo no puedo votar al ayuntamiento de Madrid, y está por ver que pueda hacerlo a la Comunidad (más sobre esto otro día). Quizá el cinismo me ha agriado la existencia, pero yo ahora mismo tengo dos actitudes hacia los partidos políticos en Madrid: aquellos a los que no votaría ni por joder y los que podría llegar a votar con la pinza en la nariz.

A los que están honestamente convencidos de que ahora hay una opción buena: créanme que les envidio. Pero también les prevengo: más dura será la hostia.

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